Inseguridad en cámaras inalámbricas
[23-04-02]
La mayoría de las cámaras inalámbricas del mercado son accesibles por cualquier curioso con un nivel de conocimientos y medios mínimos.
En los últimos meses se ha popularizado enormemente el uso de cámaras inalámbricas (de imagen fija y de televisión), típicamente con fines de vigilancia privada, control de niños de corta edad y similares. Lo que muchos usuarios no saben es que la imagen transmitida por la mayoría de estas cámaras es accesible para cualquier curioso con un mínimo de experiencia y conocimientos.
A los riesgos inherentes a que cualquier curioso a 300-500 metros de la cámara pueda captar sus imágenes sin ningún problema ni equipo especial, se une el hecho de que muchas de esas cámaras pueden controlarse de forma remota para hacer zoom, orientarlas, etc.
Dejando a un margen los problemas más que evidentes de privacidad y seguridad, el que muchas de estas cámaras puedan ser reorientadas de forma remota permite, por ejemplo, que un ladrón pueda enfocar la cámara que protege una puerta o una habitación, hacia el suelo o el techo, convirtiéndola en una protección inútil. Tampoco se puede despreciar las inmensas posibilidades que brindan estas cámaras para que sean utilizadas como vigilancia por parte de los individuos de los que precisamente queremos protegernos.
El problema de este tipo de cámaras es que las que utilizan tecnología analógica se pueden recibir con cualquier televisor y una antena formada por un par de metros de alambre, y las que son digitales se pueden interceptar con cualquier portátil dotado de una tarjeta de red inalámbrica. No se utiliza ningún mecanismo de cifrado o autenticación.
Aunque este tipo de dispositivos sean indudablemente útiles para, por ejemplo, vigilar niños pequeños (o a su niñera...) desde el trabajo y a través de Internet, resulta muy preocupante comprobar que la seguridad de estos equipos no está siendo considerado un factor de venta ni por los fabricantes ni, más tremendo, por los propios consumidores.
Hoy es fácil recorrer ciertas urbanizaciones de Madrid y recibir más de media docena de imágenes de "cámaras de seguridad" y de alguna que otra guardería.
Ya existen precedentes similares, como los teléfonos inalámbricos anteriores a la época CELP, pero las posibilidades de una cámara disponible 24 horas al día y orientable por un atacante son, sencillamente, inimaginables.
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Más Información:
Artículo del New Yok Times http://www.nytimes.com/2002/04/14/technology/14SPY.html
War Driving Version 2.0 http://slashdot.org/article.pl?sid=02/04/13/1838221
Jesús Cea Avión jcea@hispasec.com
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