Latinoamérica corre peligro de sufrir un "apartheid digital"
[26-03-01]
Internet parece ir en camino de profundizar la brecha entre ricos y pobres, en vez de ser un puente entre las clases sociales, debido a la falta de apoyo y coordinación de los gobiernos, los movimientos sociales y las corporaciones, comentan expertos. “Existe la posibilidad real de que las diferencias sociales se acentúen significativamente por el acceso a Internet'', advirtió Fernando Espuelas, presidente de StarMedia, una de las mayores compañías regionales de la Internet.
“La división digital es real y representa una de las mayores amenazas a largo plazo para la estabilidad”, expresó.
Con el uso de la Internet creciendo a más de 50 por ciento cada año, Latinoamérica atrae a los inversionistas, pero se prevé que menos de una quinta parte de los latinoamericanos accederán a la Red en 2005, inclusive si se mantuvieran tarifas bajas.
En 1999, sólo uno de cada 50 latinoamericanos utilizó la Internet, según la firma Jupiter Communications. Esto no sorprende si se considera el índice relativamente alto de analfabetismo de la región, que sólo el 4 por ciento de los hogares tenía computadora y que menos de 12 por ciento de la población tenía teléfono.
“La tecnología de la información puede hacer la gran diferencia, pero el acceso todavía es muy limitado”, afirmó Fabián Koss, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Internet “no debería ser considerada una panacea para superar las desigualdades sociales en estos países... pero si se toman medidas apropiadas se puede hacer mucho”, añadió.
Si bien parecen no ser suficientes, en Latinoamérica existen varias iniciativas destinadas a utilizar a Internet como un factor integrador.
La Red Científica Peruana (RCP), actuando como inusual compañía de acceso a la Red, construyó 800 cabinas de acceso a Internet en remotos pueblos de las montañas y la jungla, donde en algunos casos no había más que una línea telefónica pública. Las cabinas pioneras de la RCP permitieron a los indígenas Ashaninka ofrecer sus productos orgánicos directamente a los consumidores en Lima, rompiendo una larga cadena de intermediarios. “Es un comienzo precario, pero ahora estamos buscando compradores en los mercados internacionales”, afirmó Mino Eusebio Castro, un líder de los Ashaninka.
En Brasil, más de 60.000 habitantes de favelas (barrios pobres), la mayoría con sólo educación básica, han seguido cursos patrocinados por el Comité para la Democratización de la Información (CDI), que comenzó en 1995 como una pequeña clase con computadoras regaladas.
El recién lanzado plan E-México apunta a dar acceso a la Internet a todos los 97 millones de mexicanos en un plazo de seis años.
En Chile, se están impulsando las conexiones rurales.
En Costa Rica se ofrecen acceso a Internet en las oficinas de correo.
En Guyana se están poniendo centros online comunitarios en distintas escuelas.
Sebastián Masana (Argentina)
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