Reconocimiento seguro e iris
[10-08-01]
Madrid, 9 de agosto, 2001 -- El análisis del iris es mucho más rápido y exacto que cualquier otro medio biométrico de identificación de personas -como las huellas digitales, la cara o el reconocimiento de voz-, según pone de manifiesto un reciente estudio del que informa Newscientist.com -en http://www.newscientist.com/news/news.jsp?id=ns99991125-.
La mayor parte de los sistemas de análisis del iris se basan en un software creado por John Daugman, de la Universidad de Cambridge. En concreto, a partir de una imagen del iris -con todas sus pequeñas depresiones, elevaciones y finas cadenas (que lo hacen único)- elabora una serie de mapas de contorno tridimensionales. Después toda la información se comprime en un código binario de 2048 dígitos de
longitud. Este valor se almacena y emplea para efectuar la autenticación de cada sujeto.
Empleando el mencionado sistema, Daugman ha realizado -de forma aleatoria- 2,3 millones de comparaciones entre los iris de más de 2.000 personas diferentes de Inglaterra, Estados Unidos y Japón. Los
resultados obtenidos muestran la efectividad de este método de autenticación, ya que si dos códigos coinciden en una cantidad superior al 75 por ciento, la posibilidad de que la igualdad esté equivocada es de una entre 1.000 millones. Dado que actualmente hay 6.000 millones de personas, la técnica puede considerarse bastante segura.
Otras pruebas que ratifican los citados resultados son las llevadas a cabo, recientemente, por el gobierno británico. En ellas no se registró ningún fallo en dos millones de comprobaciones de análisis del ojo. Otros métodos, como el reconocimiento de voz, presentaron entre un 10% y un 25% de errores.
Entre los problemas a los que se enfrentan los métodos biométricos destacan los sucesivos cambios que pueden experimentar los sujetos con el tiempo. Así, por ejemplo, la voz puede variar ante determinadas
enfermedades -como una gripe-; el rostro envejece con los años y las huellas digitales pueden verse afectadas por heridas. No está demostrado que el iris permanezca igual con el paso del tiempo, aunque fotografías oftalmológicas tomadas hace 25 años no muestran cambios en ningún detalle.
Daugman asegura que el reconocimiento biométrico por el iris es difícil de falsificar. De hecho, la dilatación de la pupila es un efecto fácilmente detectable, y complejo de simular en un modelo falsificado. Lo mismo ocurre cuando se utilizan lentes de contacto para intentar simular otro iris, debido a la curvatura de la lente frente al iris que es casi plano.
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