Alerta Facebook: virus compartidos a través de vídeos

Más de cien mil usuarios de la red social facebook han sido infectados por un virus informático cuyo objetivo ha sido el robo de datos personales. Conozca cómo prevenirlos.

Las nuevas tecnologías sustentadas en la cultura de la imagen y las telecomunicaciones, ponen los datos sensibles de los usuarios a merced de los delincuentes informáticos. Los mismos renuevan constantemente sus métodos para perfeccionar el robo de información importante. Esta vez, han usado como aliada la acción “compartir”; el arma más valiosa de Facebook.

Tal ha sido su éxito que se ha divulgado, de forma reciente, la noticia de la infección mediante un troyano de los ordenadores de más de 100 mil usuarios de la citada red social. El modo en que ha operado este virus (el cual ya ha sido eliminado), fue mediante la utilización de un vídeo de contenido erótico que se ha compartido de forma masiva.

El porqué de su enorme alcance puede resumirse de la siguiente manera: al inicio de la reproducción del vídeo el sitio que lo contenía alertaba, mediante un cuadro de diálogo, de que se debía actualizar Adobe Flash Player. El primer usuario que “mordió el señuelo” con la esperanza de ver el contenido multimedia, descargó sin saberlo el programa infectado que usó su cuenta para suplantar su identidad y compartir el contenido con su lista de amigos.

Esto se transformó al cabo de dos días en un efecto “bola de nieve”,  que terminó con la cuantiosa cifra de perjudicados mencionada anteriormente. La finalidad de dicho acto ha sido el robo de información personal, más precisamente, el acceso a los datos bancarios de los afectados.

Si bien la avanzada sofisticación de los programas maliciosos (malware) provoca que pueda ser indetectable en ocasiones hasta por los usuarios más atentos, existen recomendaciones a seguir, con el fin de reducir al mínimo la posibilidad de ser engañado en las redes sociales.

En primer lugar, hay que desmitificar a los virus informáticos. Un programa no puede instalarse en los ordenadores o smartphones sin la ayuda del usuario. El principal enemigo de la era digital no es el virus en sí, sino el desconocimiento de los consumidores.

En Facebook circulan miles de vídeos diarios que llaman la atención, y a veces resulta imposible resistirse a la tentación de clickear para ver el contenido. Lo primero que se debe advertir es que esta red social no permite la divulgación de temas que puedan considerarse obscenos. Si ve compartido un vídeo de este tenor por uno de sus contactos, no se fíe, ya que es probable de que se trate de un virus informático y, por lo tanto, debe denunciarlo.

Por otra parte, es casi seguro que alguna vez, al acceder a una determinada página web, le hayan solicitado actualizar algún software para poder reproducir el contenido correctamente. Estas  peticiones de actualización de programas realizadas no deben ser acatadas.

La única recomendación para la instalación de softwares que se debe considerar es la que ha sido sugerida por el antivirus o sistema operativo que se disponga. Por ejemplo, los antivirus domésticos ofrecen opciones de actualizaciones de programas de forma manual o automática (software update) o, por poner otro, Windows defender, realiza las actualizaciones y alerta sobre la existencia de editores “desconocidos”.

En caso de que se tenga dudas de que algún programa no está actualizado, se debe acceder al sitio oficial del editor, por ejemplo Adobe (nunca mediante links ofrecidos por páginas desconocidas), y solicitar la comprobación de los softwares instalados.

Esta sencilla recomendación puede prevenir de la descarga de troyanos, cuya principal característica es que se presentan como programas legítimos pero que, una vez instalados, ofrecen acceso remoto al ordenador o smartphone por parte de un tercero.

Cabe mencionar que, antes del boom de las redes sociales, el método más conocido para el robo de datos era mediante el phishing. El mismo consistía en el envío de emails que, por ejemplo, remitían a páginas que simulaban ser las de la entidad bancaria del usuario, el cual, engañado, ingresaba los datos de la cuenta.

Redacción: Gabriel Adrián Romero.