Tres años de cárcel por incitar al odio, la violencia y la discriminación desde su blog
Cada vez somos más los usuarios de internet que aprovechamos éste y las posibilidades que nos conceden las nuevas tecnologías para montar nuestro propio blog y así, haciendo uso del derecho a la libertad de expresión consagrado por nuestra Constitución, poder expresar nuestras ideas, opiniones o difundir información y contenidos libremente. Sin embargo la libertad de expresión no es absoluta, si no un derecho que ha de ejercerse con responsabilidad y que en modo alguno ampara ideas o expresiones que puedan causar daño a los demás como la incitación a la violencia, al odio, a la discriminación, la injuria, la calumnia, etcétera. A pesar de lo evidente que resulta, aún hay personas que parecen no comprender, o no querer comprender, que no todo vale al amparo de la libertad de expresión, y un buen ejemplo lo encontramos en este caso.
La jueza del Juzgado de lo Penal número 16 de Barcelona ha condenado al autor de un blog a tres años de prisión por «provocación a la violencia; el odio y la discriminación y la difusión de ideas que justifican el genocidio» a través de los contenidos publicados y dirigidos directamente contra minorías sexuales y étnicas así como contra el Islam.
En dicho blog, además de los textos originalmente escritos por el condenado, también se encontraban alojados un total de 24 archivos descargabas que incluían información relacionada con «mundo nacional socialista, tanto a nivel informativo como operativo», manuales con instrucciones para el activismo y la resistencia neonazi incluyendo sabotajes y agresiones físicas a personas.
El blog, titulado «Resistencia sin líder y publicado bajo el pseudónimo «Siko», defendía la supremacía de la raza aria y animaba a la militancia neonazi. Además se apoyaba en un perfil en Facebook que servía para difundir mensajes del tipo «Inmigrante abre tu bocota solo para dar las gracias y quéjate solamente cuando se te pregunte… las puertas de salida son amplias».
Ahora «Siko» deberá abonar una multa de 1.000 euros y cumplir tres años de cárcel al haber sido considerado autor responsable de tres delitos: «provocación de la discriminación y odio o violencia», otro delito por ir contra «la comunidad internacional por difundir ideas que justifican el genocidio y pretenden la rehabilitación de regímenes que amparan su práctica», y un tercero por tenencia de armas ya que durante el registro de su domicilio la policía incautó una pistola, munición y varias armas blancas.
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