La mitad de las empresas españolas sufrieron ciberdelitos en los últimos dos años
Según la Encuesta Mundial sobre fraude y delito económico 2014, elaborada por PwC a partir de más de 5.000 entrevistas a altos ejecutivos de empresas de 99 países, el 50,6% de las empresas españolas fue víctima de algún fraude en los últimos dos años, lo se se traduce en un 13,9% más que la media mundial y 16,1% más que la europea. Estas cifras incrementan en un 7,6% los obtenidos el año anterior.
Por tipo de delito, es la apropiación indebida el más común (75%), seguida del soborno y la corrupción (25,4%) y la manipulación contable (19,2%). A diferencia de los datos obtenidos a nivel mundial, el 75% de los fraudes son llevados a cabo por los propios empleados de la compañía, siendo el 44,4% altos cargos y un 22,2% puestos intermedios en la empresa. Analizando el perfil del defraudador, son los hombres de edades comprendidas entre los 41 y los 50 años los que más delitos cometen. Además, en un 47,2% de los casos el defraudador lleva en la empresa más de 10 años.
Debido a estos fraudes, el 40% de las empresas mundiales cree haber perdido entre 75.000 euros y 4 millones de euros. Este estudio también arroja luz sobre los principales delitos económicos que crecerán en los próximos dos años, destacando la apropiación indebida de activos (44,3%), abuso de información privilegiada (30,4%) y manipulación contable (24,1%).
A nivel mundial, los métodos de lucha contra el ciberdelito más registrados son el análisis de transacciones sospechosas (16,3%), y en el caso español es el análisis de datos (19,4%).
La mejor forma de luchar contra estos ciberdelitos es la prevención, ya que el 72% de los fraudes cometidos se producen por una falta de protección ante ellos. Aún así, el 41% de las empresas españolas encuestadas afirma tener implantado un modelo de prevención y detección de riesgos, al menos durante 2013, frente al 30,6% que declaró tenerlo en la encuesta anterior.
El informe también apunta a que los canales de denuncias son una iniciativa muy eficaz como herramienta de prevención en las empresas, y permiten a empleados, clientes y proveedores denunciar comportamientos no éticos y así poder detectar posibles fraudes. Un 22,6% de los fraudes se detectan de esta forma en nuestro país.
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