Condenado a 29 años de cárcel por acoso a menores por Internet
El Tribunal Supremo confirma la condena a un ciberacosador por abusos sexuales a dos menores. Ya había sido condenado el pasado diciembre por la Audiencia Provincial de Madrid a 29 años de cárcel por pornografía infantil y por descubrimiento y revelación de secretos, entre otros delitos.
El acusado es un ingeniero de 59 años experto en informática, que se introducía en plataformas frecuentadas por menores de edad ocultando su verdadera edad y utilizando un lenguaje más propio de un adolescente. Su alias en Internet era Malochico17, con el cual contactó en fechas distintas con dos niñas de 12 años a quienes pidió grabaciones en posturas sexuales y sin ropa.
Cuando las víctimas cumplieron los 13 años, mantuvo relaciones sexuales con ella en hoteles, esperándolas con la luz apagada para que no descubrieran su edad y fisionomía, aunque las menores se dieron cuenta del engaño. En el momento que una de ellas intentó terminar con la relación, el condenado envió grabaciones en las que aparecía manteniendo relaciones sexuales con él a sus padres y amigos.
El hombre guardaba en distintas unidades de almacenamiento archivos de más de 1.000 conversaciones privadas en canales para menores. La sentencia del Tribunal Supremo basa la condena en un bagaje probatorio amplio, a pesar de que el acusado tratase de eludir esta responsabilidad cuestionando la existencia del engaño.
La denuncia de los padres de una de las niñas, que contrataron a una agencia de detectives para conseguir pruebas, permitió que la policía detuviese al hombre. En el registro de sus ordenadores, hallaron vídeos y fotos de niñas a las que había seducido y grabado desnudas, así como más de 1.000 conversaciones de chat con menores.
Prevenir a los menores de edad sobre los peligros de la red puede ayudarles a identificar a esta clase de individuos, que utilizan plataformas como redes sociales o chats para entablar una amistad con adolescentes para luego intentar mantener relaciones sexuales con ellos. Enseñar a los niños a no desvelar información personal, y por supuesto no ceder a los chantajes y no enviar imágenes comprometidas a otros usuarios, aunque crean que son de su confianza. Esto es importante porque no todo el mundo en Internet es quien dice ser, y detrás de un perfil de falsa confianza puede encontrarse una persona con intereses maliciosos.
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