Dispositivos conectados a Internet, ¿escasa seguridad para los menores?

Hoy día el uso de móviles, ordenadores portátiles o tablets está vinculado al uso de Internet. El problema surge cuando son menores los que acceden a la navegación por la Red. ¿Qué se puede encontrar un niño cuando busca inocentemente un tema que le interesa en Internet?

 

 
La vulnerabilidad de los menores es un hecho, pero precisamente esa misma cuestión es de la que se valen determinadas estrategias publicitarias. Según datos del Centro de Investigación contra Crímenes Infantiles de la Universidad de New Hampshire, el 34 % de los jóvenes de 10 a 17 años de edad se han encontrado en su búsqueda por Internet con una exposición no deseada a páginas de pornografía.

 

 

Wifi Zone

 

 

Lo mismo ocurre en las redes sociales donde la posibilidad de contactar con desconocidos de intenciones maliciosas se multiplica. Al mismo tiempo estas redes están llenas de mensajes publicitarios y de temas que enganchan a la juventud como todo lo relativo a los videojuegos o juegos online, lo que al mismo tiempo puede generar un dependencia mayor a las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes. No está permitido realizar publicidad dirigida a los niños porque se entiende que a determinadas edades se es más impresionable y manipulable, por lo que los padres deben estar atentos a estos detalles.

 

 
La mejor forma de controlar a los hijos es hablándoles primero de los riesgos que entraña Internet. Darles confianza para que comuniquen a los padres posibles actos delictivos y realizar una denuncia si es necesario. Esta forma de proceder es muy importante para evitar que un acto en un principio inocente pueda terminar trágicamente como ya ha sucedido en más de una ocasión.

 

 
Otra de las medidas recomendadas por los expertos es que el uso de la navegación por Internet  se haga siempre en una habitación común. La sala de estar, el salón, es un buen lugar para colocar el ordenador y que lo usen los más pequeños. De esta manera, los progenitores pueden tener un mayor control y vigilar qué es lo que los pequeños hacen en la Red.

 

 
Existen también sistemas para proteger los ordenadores frente a determinadas páginas, ya sea de pornografía u otras que incitan a la violencia. Recurrir a estos programas es otra de las alternativas, así como configurar la seguridad y la privacidad del dispositivo que usen los menores y las redes sociales a las que pertenezcan. No es necesario, «ser amigo» de los hijos en estas redes, por eso tienen distintas formas de configuración que conviene mirar con detenimiento en el momento de que los menores se den de alta.

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