Detención por corrupción de menores, pornografía infantil y amenazas utilizando Facebook

La corrupción de menores y la pornografía infantil por Internet vuelve a ser protagonista una vez más en los medios.

 

La reciente detención de un menor por la Unidad Central de Delitos Informáticos de los Mossos d’Esquadra al que se le acusa de un presunto delito de amenazas, así como de los otros dos citados, ha puesto en evidencia una realidad inherente a las nuevas tecnologías.

 
La técnica empleada por el presunto autor era el grooming. ¿En qué consiste este método? El grooming es una forma de acoso sexual a menores a través de Internet. Previamente se suele dar una estrategia de acercamiento con el fin de ganarse la confianza del niño, hasta que al final se llega al chantaje. En otras ocasiones, no se produce ese contacto previo y el acosador accede a imágenes comprometidas de la víctima mediante el robo de contraseñas o de terceras personas y establece un chantaje a cambio de un favor sexual.

 

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En el caso comentado el presunto ciberdelincuente contactaba con chicos y chicas menores por medio de Internet y tras conseguir ese acercamiento previo y ganarse su confianza les pedía fotografías de carácter sexual. Después, el joven, que operaba bajo un perfil falso de Facebook, exigía más imágenes y amenazaba con difundir las fotografías que ya tenía, entre los conocidos de la víctima si no se le ofrecían más.

 
El operativo se puso en marcha en cuanto una de las víctimas interpuso la denuncia. Gracias a esta iniciativa se hicieron las pesquisas necesarias hasta dar con el detenido, al que se le incautó distinto material informático. Fuentes policiales aseguran también que el menor acusado ejercía tal presión que en algún caso hubo intento de suicidio ante las amenazas sufridas.
El paso dado por el único denunciante es el que ha destapado este caso, por eso los expertos insisten en la importancia de denunciar los delitos de acoso a través de Internet. Los padres han de ejercer cierto control ante el uso de las redes sociales y tratar de configurar las medidas de seguridad que ofrecen estos medios, precisamente para que sus hijos no sean víctimas de un delito como el grooming.
Hay que tener en cuenta que ante este tipo de acoso los menores no suelen decir nada a sus progenitores precisamente por la naturaleza de las imágenes, ya que se sienten avergonzados de las mismas y les cuesta dar ese paso de comunicar a sus padres lo que han hecho y las consecuencias que ha tenido. Por eso, se aconseja que los responsables de los menores sean prudentes en estas situaciones y traten de entender el porqué el menor ha podido llegar a esta realidad. Tras destapar lo que ha ocurrido lo mejor es realizar la denuncia pertinente para que las autoridades den con el ciberacosador.

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